En 1996 John Spartan (Sylvester Stallone), un policía muy temerario y de métodos muy expeditivos que en una misión en la que intenta capturar a su némesis, un criminal llamado Simon Phoenix (Wesley Snipes), se ve implicado en la muerte de rehenes.
La justicia condena a ambos, tanto al policía como al criminal a una peculiar pena: la crioprisión o criostatus, que consiste en congelar a los criminales en un estado de animación suspendida mientras un programa informático induce su rehabilitación acorde con sus características criminales y genéticas.
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